martes, 15 de marzo de 2011

Puertas

Imaginaros un pasillo largo, muy largo, lleno de puertas cerradas, con su llave. Al avanzar abrimos cada una de ellas, no sabemos lo que nos encontraremos detrás de ellas y lo que se  presentara: el problema, la alegría, la pena, la tristeza y un largo etc. Al llegar a la siguiente puerta arrastramos lo que vamos encontrando y a lo largo de ese pasillo cada vez es más costoso avanzar.
Antes de continuar cerrar la puerta que queda atrás y quedaros solo con lo realmente vale la pena, antes de afrontar una nueva puerta. Lo que nos hace daño y lo pesado de la vida no podemos llevarlo encima, es necesario dejar lo que no nos sirve para que al final de ese pasillo, que es nuestra vida, llegaremos solo con lo que realmente vale la pena. ¡¡Sinceramente tengo que dejar cosas que me impide avanzar!!. 


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