viernes, 4 de marzo de 2011

Angeles


Siendo yo pequeño-tendría 4 años más o menos- tenía un amigo, mi vecino (Carmelo), un niño de mi misma edad. Casi todos los días mi madre me llevaba a su casa, ya que su madre y la mía eran amigas. Jugábamos con infinidad de juguetes que él tenía y que yo nunca había visto. Pero lo extraño era que no venían más niños a jugar con él, no corría y no salía a la placeta de su casa a jugar. Un día, me dijeron que se fue al cielo y que allí me esperaría. Llore por verlo, pero no me dejaron. En una pequeña loma cerca de nuestra casa, lo vi partir en un coche negro, llore tanto, que durante un tiempo no quise ver a sus padres.
Desde entonces lo recuerdo y sé que él es mi ángel y algún día nos encontraremos.
Todos tenemos nuestros ángeles y debemos recordarlos. Ya que nunca desparecerán para nosotros. Y algún día nosotros seremos los ángeles de los que nos recuerdan.

1 comentario: