martes, 12 de abril de 2011

El deber

El abuelo pasaba el día pescando,
aunque en tiempos pasados fue ministro,
descartó ese tipo de vida.
Pero cuando se le necesito de nuevo,
dejó la pesca para ayudar a los suyos.
Aun disfrutando de la paz y la tranquilidad de su retiro, no dudó ni un
momento sobre cuál debía ser su respuesta cuando el deber le llamo
de nuevo. Hay cosas que debemos hacer, responsabilidades que debemos
asumir. No es bueno dejarlo en manos de otros o pretender que no nos 
corresponde. 

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